Sus medicamentos y su salud sexual

El ámbito de la salud sexual puede ser a menudo un tema delicado para algunas personas. Hay miles de posibles factores culturales, psicológicos, religiosos y personales que entran en juego cuando se habla de salud sexual. Sin embargo, una cosa en la que la mayoría de la gente puede estar de acuerdo es que definitivamente hay factores fisiológicos y bioquímicos en ese tipo de cosas que pueden afectar al aspecto físico del tema. Varios medicamentos, incluso los que no están necesariamente relacionados con la salud sexual o las áreas del cuerpo que están directamente conectadas con ella, pueden tener efectos secundarios que alteran la libido o la capacidad física de uno para «rendir». Los trastornos relacionados con el sexo pueden ser causados por una variedad de medicamentos, por lo que sería bueno para la mayoría de las personas tener alguna idea de los efectos que dichos medicamentos pueden tener en el usuario.

Hay varias formas en que la salud sexual puede verse afectada por la medicación. Lo primero que preocupa a algunos es el efecto que los medicamentos pueden tener sobre la libido. Hay una serie de fármacos que pueden reducir la libido como efecto secundario, provocando básicamente una fuerte disminución del deseo sexual. Otro problema sería la capacidad de mantener la excitación sexual, hasta el punto de que la capacidad de alcanzar orgasmos puede verse afectada a veces de forma negativa. La sostenibilidad de la erección también puede ser un problema en los hombres, aunque no parece haber un problema correspondiente en las mujeres. Si esto se debe a la dificultad percibida de mantener la excitación sexual en una mujer o a que no hay efectos secundarios de ese tipo para las mujeres es una cuestión de debate.

Los antidepresivos se encuentran entre las muchas clasificaciones de medicamentos que pueden tener un efecto sobre la salud sexual de una persona. La mayoría de los antidepresivos actúan inhibiendo varios receptores neuronales del sistema nervioso y del cerebro, como la serotonina. En la mayoría de los casos, esto no es realmente un problema, porque estas sustancias químicas no tienen efectos directos conocidos sobre la salud sexual y la libido de una persona. Sin embargo, hay algunas circunstancias en las que la mezcla de la bioquímica individual de una persona y los efectos de la droga pueden dar lugar a cualquier número de efectos secundarios, no siendo el menor de ellos las repercusiones en el ámbito sexual. Los efectos de este tipo de problemas suelen durar tanto tiempo como la persona esté tomando el tipo de antidepresivo que causó inicialmente el problema. En la mayoría de las situaciones, un simple cambio de antidepresivo (que puede o no ser una hazaña sencilla de lograr) es suficiente para aliviar los efectos inmediatos.

El flujo de sangre es muy importante para el rendimiento sexual, aunque los fines de éste son más dolorosamente obvios para la mitad masculina de la especie. Como tal, cualquier medicamento o droga que tenga un efecto en el sistema circulatorio puede tener efectos drásticos en la salud sexual de una persona. Cualquier medicamento utilizado para tratar la hipertensión y la presión arterial alta puede tener efectos en aspectos como la erección, la excitación y el rendimiento. Obviamente, la presión arterial y la salud general del sistema cardiovascular pueden tener efectos sobre la resistencia y la capacidad de mantener la actividad física. Si bien esto no está directamente relacionado con el sexo, sí tiene efectos sobre él.

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