Juana y yo nos veíamos desde hacía tres semanas y es mi pareja lesbiana. Ella es una rubia con un culo hermoso y unas tetas deliciosas. La esperaba desnuda en la bañera pensando en ella mientras me bañaba. Pronto me visto para ir a la cama y es entonces cuando entra ella. Me ve en camisón transparente y una sonrisa pícara se apodera de su cara.
Las dos nos abalanzamos sobre la otra para disfrutar del sexo lésbico del que hemos hablado. Me levanto el vestido y ella se levanta la falda y nos machacamos mutuamente la pelvis. Caemos sobre la cama en ropa interior y nos besamos. Introduzco su lengua en mi boca y la beso más profundamente. Le toco los pechos a través de sus bragas mientras nos damos placer mutuamente y siento su pezón. Me agarro a ella mientras nos movemos, estimulando nuestro clítoris. Me muelo en su muslo para que mi clítoris excitado encuentre algo de alivio. Me toca los pechos a través del vestido y juega con los pezones o tetas, como ella los llama.
Se inclina y toma un pezón en su boca a través de mi lencería, los mordisquea y muerde. Mis dedos serpentean por sus tetas, su vientre y localizo su pequeña perla del placer. La presiono y la pellizco diciéndole lo bonita que es ahí abajo. Me quito la ropa y la tumbo en la cama desnudándola. Coloco mis pechos delante de su cara y dejo que me chupe las tetas. Ella los masajea y juega con ellos mientras yo le toco el clítoris y el coño. Le digo lo húmedo y caliente que está su coño mientras juego con su clítoris.
Juana gime cuando le meto un dedo en el agujero del coño. Vuelvo a besarla y desciendo lentamente por su cuerpo tomándome mi tiempo con sus tetas y su vientre. Sus pezones están duros y tengo el deseo de mordisquearlos haciéndola gemir. La beso hasta llegar al vértice de sus muslos y separo sus piernas. Le soplo el clítoris mientras se retuerce y luego procedo a lamerlo y chuparlo. Le clavo la lengua en el coño mientras mis dedos juegan con su clítoris y le dan placer. Entonces la lengua vuelve a chupar y morder el clítoris mientras mis dedos le follan el coño. Puedo sentir cómo se acerca su orgasmo cuando su coño se aprieta y ella expulsa el líquido caliente a borbotones. Mi compañera lesbiana acaba de sacar su lava.
Después de unos minutos, coge el consolador con correa del cajón de la mesilla de noche y está lista. Quiero montarla, así que ella se tumba y yo bajo sobre la polla de goma. Saboreo la sensación del grueso miembro entrando lentamente en mí. Entonces empiezo a hacerla rebotar, moviéndome y moliendo. Mis nalgas tocan su clítoris y lo muelo deliberadamente para que ella pueda disfrutar de esta sesión de sexo.
Ella se acerca a mis tetas, así que dejo que las toque y las masajee. Me pellizca y tira de los pezones, alargando mi placer. Empiezo a moverme más rápido y me inclino hacia atrás para meterle también dos dedos en su coño. Los dos nos follamos mutuamente moviéndonos y agitándonos hasta que encontramos nuestra liberación y nos venimos abajo. Retiro el consolador de mi coño y me tumbo sobre Juana besándola. «El mejor polvo de la historia». Ella susurra y nos dormimos tumbadas sobre nuestros cuerpos desnudos. Sé que la mañana traerá más folladas, ya que tenemos todo el fin de semana libre y estoy esperando que mi compañera lesbiana me llene de placer divino.