¿Su vida sexual ha sido un poco descuidada últimamente? No es que no te importe, pero es que hay que encontrar el tiempo y la energía. Algunos días parece imposible porque hay que trabajar, limpiar, hacer ejercicio, hacer la compra y preparar la cena, lavar la ropa, los niños, los compromisos familiares, los amigos y planchar. Cuando te pones horizontal, te desmayas en pocos minutos. O no estás de humor, o simplemente no puedes molestarte. Pronto ha pasado un mes y no puedes recordar la última vez que tuviste sexo. ¿Y cuándo fue la última vez que besaste a tu pareja, y me refiero a un beso de verdad, no sólo un picoteo educado?
O tal vez hayas caído en la rutina. Tienes relaciones sexuales en el mismo lugar, más o menos a la misma hora cada semana, y haces las mismas cosas. La rutina es buena para cosas como lavarse los dientes, pero no debería entrar en tu vida sexual cuando la variedad y la excitación son elementos cruciales para hacerla satisfactoria.
Si esto te suena a ti y quieres volver a poner en marcha tu vida sexual, entonces sigue leyendo.
-
Sé espontáneo
El elemento sorpresa puede ser muy seductor. Dense una ducha juntos, sorprendan a su pareja con un largo y apasionado beso cuando sólo esperan rozar los labios, compren ropa interior nueva y pónganla.
-
Ponte sano
Comer bien y hacer ejercicio con regularidad te pone en contacto con tu cuerpo y ese brillo interior tan saludable no sólo te hace más atractiva, sino que te da mucha energía y te hace sentir más vibrante y viva.
-
Sé cariñoso
Si no has tenido relaciones sexuales durante un tiempo, puede ser mejor ir poco a poco para volver a la rutina. En lugar de intentar pasar de la parada a la velocidad de la carrera, vuelve a lo físico tocando cuando puedas y siendo considerado con el otro. Tóquense cuando hablen. Deténganse para besarse cuando pasen por el pasillo. Recorre con tu dedo su hombro mientras se sienta a leer una revista. Acurrúquense en el sofá frente a su película favorita.
-
Sea sensual
Dale a tu pareja un baño de pies con menta cuando llegue a casa después de un día ajetreado. Masajea sus manos, su cuero cabelludo, su espalda… lo que te apetezca (si no sabes dar un masaje, no lo pienses, haz lo que te apetezca). O prueba a dar un toque más ligero utilizando una pluma o un pañuelo de seda para recorrer la longitud de tu pareja.
-
Anímate cuando tu pareja haga algo que te guste
Aunque llevéis mucho tiempo juntos, tu pareja no siempre sabe lo que te gusta y, aunque lo sepa, no está de más decírselo de vez en cuando. Di lo que te gusta y por qué te gusta, si tienen más información nunca se sabe lo que se le puede ocurrir para complacerte.
-
Lee a tu pareja un cuento erótico para dormir
La mente es crucial en cualquier intento de resucitar tu vida sexual. Primero hay que excitarla y el cuerpo la seguirá. Hay una gran cantidad de ficción erótica que podrías probar, o busca de historias sobre las fantasías sexuales de otras personas.
-
Diviértete
¿Cuándo fue la última vez que os reísteis juntos? Poned vuestra canción favorita y bailen. O compren la música que era popular cuando se juntaron por primera vez y ponedla para hacer un viaje al pasado durante la cena. Daos un chapuzón a medianoche.
-
Escribe una carta sexy
Si no puedes decirle a tu pareja lo que realmente quieres que te haga, escribirlo es una gran alternativa. Te permite ser todo lo específico que quieras sin sentir que tu cara se va a poner roja como un tomate y le da a tu pareja tiempo para procesar lo que le has dicho y entrar en ambiente.
-
Experimenten
Aprendan juntos una nueva técnica. Probad un fin de semana romántico. O bien, prueba un juguete sexual de los muchos que se ofrecen. Si siempre tenéis sexo tumbados, probad a estar de pie o sentados. Si siempre estáis encima, probad a cambiar las cosas.
-
Concéntrate en el ahora
Cuando te pongas manos a la obra, es fundamental que te concentres exactamente en lo que estás haciendo. Para ello debes dejar de parlotear dentro de tu propia cabeza. No te preocupes de que te hayas olvidado de recoger la ropa de la lavandería, o de que tengas que llamar a tu madre por su cumpleaños, o de que se te hayan acabado los cereales. Deja todas esas cosas para después. Mucho más tarde. Lo más probable es que no te parezca tan importante una vez que hayas terminado.